DESCONECTAR

Cuando la cabeza sufre el desgaste,
cuando el cuerpo acusa el cansancio
y el vértigo contagia el paso a paso,
no hay mas salida que soltar lastre.

No se necesitan silencios para vivir,
no se necesitan gritos para sobrevivir
y la existencia se hace impensable si
no es con un trocito de tranquilidad.

Busco la armonía girando a mi alrededor,
se desvanece el tiempo entre bambalinas
y se confirma la regla de las esperas,
evitando la ingesta de palabras al azar.

Soportar el dolor no es un estilo de vida,
invitar a las lágrimas a quedarse tampoco
es la mejor forma de encararse con nuestros
propios miedos y si, otra forma de escapar.

Encrucijada para encontrar la identidad,
víctima de teorías sobre la subjetividad,
suplemento discontinuo buscando el hilo
conductor que atraviese la fiel realidad.

Hoy no necesito de explotar mis adentros,
no quiero jugar mis cartas ni catapultar
el mas mínimo sentido a la hiper actividad,
solo quiero vaciar el corazón y la razón.

Desahuciar de olores y sabores mis paredes,
abrir ventanas sin necesidad de respirar,
afirmar mi derecho a no ser prisionero y
cruzar al otro lado de mis incertidumbres.

Quiero dibujar un  encefalograma plano,
de mis dimes y diretes, una linea directa
hacia la vacuidad, una forma como otra
cualquiera de poder al fin desconectar...