Después de discutir, un beso robado le sabia diferente y esa sonrisa regalada tenia un brillo especial, menospreciando la velocidad, sus rostros olvidaron la temeridad, propiciando la reconciliación.
No importaba nada ni nadie, por arte de magia volvían al lado fosforecente de la felicidad y ningún impacto o sobresalto les hubiese sacado de su estado, instante donde los sentimientos reencotrados saboreaban la euforia.
Los vaivenes enmarcaban su espontaneidad, desconocían su procedencia pero les hacia configurar la sensación de ingravidez que amamantaba el momento, que inusitadamente les confería un extraño presentimiento.
Penso entonces que le gustaba saborear las burbujas de sus besos, recorrer la espuma de sus cabellos mecidos por el viento, ser el eje de cada una de sus miradas y quedarse varado por mucho tiempo en su piel.
El extraño movimiento seguía entreteniendo sus pensamientos mientras se daba cuenta que no podía moverse, que sus dedos no alcazaba a moverlos y por mas que lo intentaba no conseguía que ella le mirara.
Bajo el cielo azul que no paraba de moverse intentaba una y otra vez poder reclamar su atención, volver a retozar por los pliegues que le daban la vida, sin darse cuenta que la propia vida pendía de un hilo.
Tras el accidente el coche seguía balanceandose encima de aquella piedra, como queriendo mecer el sueño eterno de su cariño, posiblemente fueron dos segundos o quizás una hora, suficiente para saberse cerca de ella, por siempre, antes de precipitarse al vacío de aquel espantoso precipicio...
No importaba nada ni nadie, por arte de magia volvían al lado fosforecente de la felicidad y ningún impacto o sobresalto les hubiese sacado de su estado, instante donde los sentimientos reencotrados saboreaban la euforia.
Los vaivenes enmarcaban su espontaneidad, desconocían su procedencia pero les hacia configurar la sensación de ingravidez que amamantaba el momento, que inusitadamente les confería un extraño presentimiento.
Penso entonces que le gustaba saborear las burbujas de sus besos, recorrer la espuma de sus cabellos mecidos por el viento, ser el eje de cada una de sus miradas y quedarse varado por mucho tiempo en su piel.
El extraño movimiento seguía entreteniendo sus pensamientos mientras se daba cuenta que no podía moverse, que sus dedos no alcazaba a moverlos y por mas que lo intentaba no conseguía que ella le mirara.
Bajo el cielo azul que no paraba de moverse intentaba una y otra vez poder reclamar su atención, volver a retozar por los pliegues que le daban la vida, sin darse cuenta que la propia vida pendía de un hilo.
Tras el accidente el coche seguía balanceandose encima de aquella piedra, como queriendo mecer el sueño eterno de su cariño, posiblemente fueron dos segundos o quizás una hora, suficiente para saberse cerca de ella, por siempre, antes de precipitarse al vacío de aquel espantoso precipicio...
¿Hasta que punto nos gusta jugar con nuestras vidas...?
Los descuidos, la velocidad
ResponderEliminarhacen que la vida penda
de un hilo.
Un abrazo
La vida siempre está en riesgo...Bss.
ResponderEliminarONUBIUS NO SE EN QUE TE INSPIRASTE PARA ESCRIBIR ESTO, TE DIRE QUE LA VIDA TIENE MUCHOS RIESGOS, PERO TU LO HAS PUESTO TODO MUY NEGRO, HAY QUE SER MAS POSITIVOS Y REIR MAS, ESTA VEZ AL LEERTE ME INVADIO EL MIEDO POCO A POCO.... TE ENVIO UN ABRAZO LLENO DE TERNURA....
ResponderEliminarA veces demasiado....uffffffff, un final inesperado, no se si ha sido un par de minutos pero te puedo asegurar que captaste mi atención plenamente. Un besio Onubius
ResponderEliminarMuchas veces jugamos más de lo que debemos con ella, pero sin pensar las consecuencias, y cuando llegamos a ese precipicio es cuando nos damos cuenta, pero ya es tarde.
ResponderEliminarMe gustan tus letras, me gusta la manera que tienes de expresar todo tipo de sentimientos.
Te dejo un beso y un susurro con cariño
Tristemente a veces respondemos a estereotipos y a través de estos buscamos dejar huella en quienes amamos olvidando la belleza de lo simple bien hecho, tenemos que ser "los mas..." bellos, sociables, intrepidos... olvidando que lo verdaderamente importante radica en el "ser" verdaderamente, tal como lo plasmas puede no haber maldad detrás solo un deseo de marcar diferencia que como muchas otras cobra duramente, que frágiles que somos. De alguna manera tu reflexión invita a actuar con unidad del ser , el hacer y el pensar y también a valorar el momento por que no se repite, un abrazo con cariño en la distancia...
ResponderEliminarPerdona mi ausencia pero ya estoy por este mundo de nuevo.
ResponderEliminarEmpezare a visitaros nuevamente
Un besito Rosa
hola "mi poeta azul" versos,palabras,prosas,no importan
ResponderEliminarllegas a mi corazón!
gracias por compartir!
lidia-la escriba
La escena es como el amor, meciéndonos en la cornisa, al borde del precipicio, con la posibilidad de caer para siempre o salvarse y respirar... bueno, como en el amor también, un descuido lo tiene cualquiera
ResponderEliminarHasta el punto, en que se cree que somos inmortales...
ResponderEliminarBuen fin de semana!!
Besos...
Por qué será que a veces no medimos las consecuencias de nuestros actos? Muchas veces sólo nos detenemos cuando nos percatamos que no somos tan irrompibles, que somos más frágiles de lo que creemos y que romper esa fragilidad hace la diferencia entre la vida y la muerte, entre la felicidad y la agonía.
ResponderEliminarAbrazos!