Tiempos en los que la dejadez acapara el espíritu y no encuentras la respuesta del porque eres el blanco de sus miradas, ni entiendes que extraño sortilegio se conjuga para padecerlo, solo llegas a entender que hace acto de presencia, como protagonista absoluto de tus alrededores, invadiendo el atisbo de cualquier sonrisa, la benevolencia de cualquier caricia, acapara tu atención impregnando tus sentidos, clausurando la intención de tus latidos, fotografiando un estado del alma dificilmente imaginable, tiempos en los que la desidia se hace eterna y la dicha un punto demasiado lejano para poder alcanzarla como quisieras, no se trata de menospreciar los colores ni los aromas que envuelven la razón, ni siquiera de mantener el cuello bajo el agua adoptando la tensión, es tan simple como esos momentos en los que quisieras levantar la mirada y practicarle un boca a boca a tu necesidad de seguir adelante, pero no existe la predisposición, no se revelan síntomas de querer cambiarlo, tan solo esa dejadez que acapara tú espíritu sin proponértelo...
PD:
Diferentes estados de ánimos
que ahogan nuestros sueños,
a veces inexplicablemente
y otras se erigen
como parte de nosotros,
pero aun cayendo inexorablemente
en sus fauces, aun no confirmándolo,
todos, alguna vez caemos en la dejadez.