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10 enero 2013

DISTANCIA


  



          Sueño con la curvatura del deseo añadiendo color a cualquiera de nuestros encuentros imaginados, discurro entre los pliegues de tu piel en busca de la luz que ilumine la capacidad de sentir la proximidad de tu respirar, desatando todos los amarres que irrumpen en las noches sombrias, donde en tu placer  mi dolor se convierte en nacimiento, ecos adormecidos en la gruta del devenir caramelizado, donde serpentean las tormentas distanciadas, donde mi anhelo ansioso te inhala, donde el tuyo pareciera acariciar mi cuerpo desangelado, donde cada rastro de tristeza encubre las sabanas enmarañadas como si fueran lágrimas doloridas y abandonadas por el anhelo de compartir las noches frías de invierno desesperadas, delirante sonata que sostiene el equilibrio del escarceo nocturno, anidando en mi piel y convulsionando ese extraño galimatías de la distancia igual a cercanía, la tuya y la mía, en aquellos días que no llego a encontrar el feudo del vello erizado por no tenerte cerca cuando te necesito y no empapas mis sentidos.

pd:
Las distancias irrumpen 
 en el corazón 
abriéndose camino
 y partiéndolo en dos...




2 comentarios:

  1. Hasta cuando se está solo se siente deseo...

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  2. Este poema me parece muy parecido a otro que ya me lanzastes con guante blanco aquí en tu casa, en tu cama, entre tus sábanas poetas... o por lo menos le empapa la misma tristeza... necesitamos que venga la primavera... sí... oh! cuánto la necesitamos! Bss

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