Crece la necesidad de susurrarle al viento, sin demostrarme nada, salvo el juego de equilibrio interpretando la sombra alargada de tú ausencia, un pequeño blues revuelto de sonrisas quebradas por lágrimas, buscando la lucidez en vacíos interpuestos, impertinente fractura en el tiempo del desconsuelo, intentando una y otra vez cerrar los ojos para sobrevivir a la distancia, indefenso ante su merced, tragando versos mientras retengo la memoria de los recuerdos entre silencios que acordonan el desespero, alba infinita en la retina de la complicidad, entre padre e hijo, entre el hoy y el ayer, cordón majestuoso que atrapa el cariño a través de la eternidad, mientras se me llena la boca gritando cuando te quiero, a pesar de los caprichos del tiempo y sus consecuencias, entre mis recuerdos y tu ausencia...
Una ausencia siempre nos llenará de dolor…de recuerdo …de silencios, bien lo dices Josh, gritas tus versos dolientes y los te quiero se multiplican…Entre un padre y un hijo siempre quedará la raíz que los une.
ResponderEliminarTodos pasamos por eso…un día se dará el reencuentro.
Bella tu inspiración y tus sentimientos.
Abrazos efusivos.
Susurros al viento,
ResponderEliminarvacío de padre
y en el recuerdo
la ausencia.
Un abrazo
A mí me queda su recuerdo, imborrable a pesar de los más de cincuenta años de su desaparición; a mí me queda aquella su sonrisa, su cariño, sus abrazos, su inconfundible paternal amor...¡Cómo te comprendo, Josh...!
ResponderEliminarAbrazzzusss...siempre.
Cuidado pues un susurro al viento puede ser un vocerío en un eco... pero si podemos decirles, hacerles llegar... con nuestros pensamientos es suficiente ¿verdad? Bss
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