Llegaste a mi vida como quien no quiere llegar a nada, mostraste tu interés por mis lágrimas derramadas, cayendo por mis mejillas, a través del tiempo y la nada, todo contribuyo a que te contara mis penas emocionadas, con pinturas del color de la alegría, enmarañada, desencantada, emborronada, pero llegaste y me llenaste de buenas palabras, de buenas intenciones y cuando me subiste al caballo de tus sueños, instaurando en mi, lo mejor de las mañanas, cuando me recreo en tus miradas, cuando comparto el umbral de las sabanas enamoradas, como quien no quiere nada y el todo se convierte en aquello que nos enamora de la parte contraria, en lo único que necesitamos para continuar...
pd:
Es bueno de vez en cuando
agradecer cuanto de hermoso
tenemos a nuestro alrededor...