Aquellos recuerdos sonaban a ecos perdidos, empapelando sus sentidos, perfilando el verso de lo prohibido, mas no había secuencias suficientes para rellenar el olvido, para reinventar lo sucedido, de tanto en tanto suspiraban los encuentros consentidos, entre laberintos de lo escrito y confianza en lo acontecido, de tanto en tanto se sumaban los abrazos recogidos en pequeños frascos recibidos, de puertas abiertas a lo desconocido y de tanto en tanto se mostraba decidido a continuar prestándole oídos a lo vivido, entre luces y sueños acaecidos bajo el auspicio recibido...
pd: sin tiempo material,
pero intentando
agarrarme
a la necesidad
de seguir escribiendo...
"No hace falta tiempo material cuando se dispone de la memoria emocional, cuando momentos compartidos nos devuelven revoluciones en los sentidos, mientras dentro de nosotros arde la llama del afecto vivido, cuando cuatro letras leídas, nos devuelven a un querido amigo."
ResponderEliminarAbrazzzusss....siempre.
Los recuerdos y el olvido, secuencia que se repite a lo largo de nuestras vidas. Los primeros siempre en constante peligro de acabar triturados en la eficiente máquinaria del olvido...
ResponderEliminarMientras se pueda seguir escribiendo, lo demás será intrascendnte y olvidado...
Un abrazo!
Preciosa foto que precisamente incita a no quedarse parado...
ResponderEliminarPara mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras.. y tus letras, son pura melodía.
ResponderEliminarBesosss!!