Pasaran los años, se marchitara el calendario tras esos ojos
tristes, pero no habrá despedidas, aunque si cicatrices, pasaran los años y
dormitaran las palabras de un poeta que sueña con la eternidad de quien abriga
su alma para mantenerla a buen recaudo de nubes grises, dueña de mis sonrisas,
de mis días y mis noches, cómplice de mis matices, la que agazapada tras la
espesura de mis sueños en vela consigue reinventarme sin seguir las directrices, pasaran los años, pero no los besos ni las pausas contemplando el reflejo de la
luna en la orilla de su mirada, aun
faltan por llegar los días más felices, aun falta por aprender de un nuevo
amanecer, porque seguimos siendo de la vida, meros aprendices...
Pd: Pasaran los años,
pero los días más felices
siempre están
por llegar...