Se acumulan las ganas de exteriorizar las palabras mudas,
levitando entre algodones de perpetua consciencia, incansable el ritmo al filo
de la indiferencia, sueños absurdos, mediocridad metafísica, liquida euforia
solicitando audiencia al sentido de la existencia, voluntaria inmovilidad, lógica
consecuencia desde donde la verdad asoma, desorden casual o tal vez otra broma,
mímica asimétrica, constancia ideal la de reconocer que los sueños, por raros,
no dejan de ser sueños, la simplicidad de lo disparatado, el encuadre perfecto que quieras componer, réquiem
por lo esperado…
Pd: no sería bueno conocer el encuadre perfecto de nuestro destino…