Devoramos información como las palomitas, perdón, snacks, sin parar, da igual el color, el sabor, la textura, si es de risa o de terror, pasamos, de nuevo perdón, scrolleamos información e imágenes a la velocidad del rayo, aun así me quedo corto, da igual si caminamos, trabajamos, estudiamos o descansamos, eso sí, en la más absoluta soledad.
Ahora no te llamo para cenar, te envío un mensaje aun estando en la habitación de al lado, no hace falta esperar o quedar en el parque o en cualquier lugar, si estamos todos en el grupo de WhatsApp, comprar, compramos en cualquier tienda virtual y en dos días, lo tienes en el portal, el cine, en la pantalla, desde casa, a la carta, qué más da, cualquier estreno a voluntad.
Girando a mi alrededor ya no es lo que era, 16 años son muchos, o pocos, según se mire y aun teniendo mucho que contar en días contados como este, bien merece un lavado de cara, renovar los votos o morir en el intento, no solo pintando la fachada o renovando la iluminación, sino reconquistando la emoción, para salvaguardar y reinventar la esencia, para de nuevo, continuar....