Me pierdo en acrobacias mentales caminando entre miradas
desconocidas, sin hacer ruido, tembloroso, cabizbajo, como quien pasa de largo,
cuan duende o fantasma entre los claros oscuros del atardecer, intentando ser
el dueño de las circunstancias mientras me deslizo en un laberinto de
conclusiones, atado al espacio y al tiempo que está girando a mi alrededor, en un intento de no sucumbir a las miradas
desconocidas…
PD:
La afinidad natural implica
sentir las miradas desconocidas…