Recogió sus alas, replegó los párpados y dejándose llevar, se dispuso a escuchar, sin prisas, sin pausas, no le importaba el tiempo, tampoco lo menospreciaba y mientras el viento soplaba, la oscuridad temblaba, limitando su universo a ésas cuatro paredes que le rodeaban, de un lado su pasado, por el otro su futuro, frente a si mismo su presente y desde atrás, la última pared, la de su conciencia que no dejaba de recordarle quién era, fue entonces cuándo llegaron los susurros y los gritos, las risas y los llantos, las victorias y los fracasos, las penas y alegrías, el silencio y la algarabía, la noche y el día, sueños y pesadillas, batallas imaginarias perdidas o ganadas, encrucijadas perpetuas, compendio de vida, de su vida, ya no podía cambiar nada de su pasado, pero sí, de su presente y sin pensar en las miserias, esbozó una sonrisa y aún a sabiendas que no podía, desplegó sus alas y girando a mi alrededor voló por encima de sus propias limitaciones, porque no hay nada peor que cortarse las alas negándose a volar...
Pd:
Esbozó una sonrisa
y aún a sabiendas
que no podía,
desplegó sus alas
y voló...