Tengo en mi manos ese pedazo de papel, la prolongación del
sueño que enmarca el poeta, cuando el arco iris se refleja en su retina,
distribuyendo los sentidos a trazos continuos, en zig zag o delimitando sus
miedos, exteriorizando ese mundo soñado o tal vez, sus mas acérrimas pesadillas
deseosas de ser compartidas.
Tengo en mis manos ese lápiz imperecedero, la sangre
derramada que aprovecha el poeta, cuando la noche le impide ver con claridad el
horizonte, esbozando suspiros de estrella en estrella, marcando ritmos al
compás de los grillos, eternos compañeros que participan en sus desdichas o tal
vez, vitoreando sus alegrías.
Tengo en mis manos un montón de palabras, conjugación
desordenada que atesora el poeta, cuando los giros eternos no saben como
encontrarle significados, puzzle surrealista intentando encajar cada gota de
lluvia que refresca su verano, vaivenes atesorados que sucumbe a sus risas o
tal vez, a sus atormentados llantos.
Tengo en mis manos la posibilidad de exteriorizar aquello
que orienta al poeta, calculo la probabilidad de seguir renaciendo por dentro,
solo pido seguir teniendo la particularidad de poder esbozar, mejor o peor,
aquello que quiero expresar.
No se si sera bueno o malo,
pero a veces me pregunto
si es bueno subirse la autoestima
con sueños sin rimas...¿?