Tengo el Mar enfrente
y de fondo el sonido
del vaivén pausado
de sus olas
acariciando la orilla,
no podía pedir mejor
escenario para escribirte
un poema de amor.
De antemano quisiera
pedirte disculpas,
por mi ignorancia,
por la escasez de métrica
y la falta absoluta
de simetría en mi cordura,
que sin duda aparecerá
por cada una de sus
esquinas.
No me lo tomes en cuenta,
suele pasar en aquello
que sale directamente
del corazón,
cierta frescura que no
alcanza a tener
la premeditación.
Quiero colorear tus pasos,
girando a mi alrededor,
balbucear cada palabra ,
recordar tus movimientos,
callejear tus recuerdos
y perderme entre las sinuosas
curvas de tus sentidos.
Quiero respirar cada suspiro,
revolcarme en cada gesto,
dormir amarradito a tu cintura,
despertar con tus besos
y volverme loco cuando no estas.
Quiero recorrer tu mirada,
ser dueño de tu sombra,
cómplice de tus espacios,
amigo en tus penumbras,
la causa de tus sonrisas y
amante sibarita con las velas
de tu alcoba.
Quiero hacerte cosquillas
con el rumor de mis latidos
del corazón entreabierto
esperando y suscitando que
de el, tomes posesión...