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12 enero 2009

PAGO EN SEÑAL



Pago en señal de fianza mi palabra,
fusilando todos los pensamientos hablados,
exponiendo en palabras lo que esta
girando a mi alrededor.
Paginas en donde incrusto mi ser,
un poco esquizofrénico
y tal vez algo contradictorio,
divago sobre mis preguntas sin respuestas,
sobre la delgada línea
de mi propio equilibrio existencial.
El espejo no siempre
acompaña mis sensaciones,
seré juzgado por las acciones
y no por el reflejo que intenta
exteriorizar mis penumbras.
Soy una fracción de segundo
y mis palabras fluyen al compás,
será la acción la que acabara
hallándome culpable
de mi posible potencial hacia
la positividad o negatividad
de quien quiera que lo vea.
Desahucio los bolsillos
y pongo la fianza interpuesta,
mis palabras una vez mas
juegan con la ambigüedad
de la crónica de mis propios demonios.
Acepta, tu que me lees
la fianza de querer dibujar
con palabras las esquinas
que alborotan mis sentidos.

11 enero 2009

PELIGROSAMENTE


Imágenes intermitentes
hierven en mis sentidos
combustible inagotable
para la mas fuerte de las locuras,
posible manifestación
de felicidad encubierta.
Ideas que pueden durar siglos
y que reciclamos en la ruleta del azar.
Todas fueron escuchadas antes,
de distinta forma,
en diferentes latitudes.
Peculiaridades del nuevo embalaje
apostado en la cumbre de la notoriedad.
Perpetuar aquellos ciclos
que están girando a nuestro alrededor,
círculos perfectos y sin fin,
para volver a reinventar lo inventado.
Signo inequívoco de lo que buscamos,
la línea del horizonte de la inmortalidad,
salve las campanas en señal del futuro
que nos cuesta alcanzar,
sonido de la repetición
en las grietas que muestra el corazón
ante la desconfianza,
ante la intemperancia de lograr la conciliación.
Viviendo peligrosamente
el afán por reconquistar la cordura,
bajo nuestra mas absoluta locura
convertida en normalidad.


09 enero 2009

DISYUNTIVA

Si la imperfección
es la inspiración inacabada
la duda corroe el buen estado
de mi respiración.
Salto al vacío
en busca de la perfección
que auto impongo a mis delirios.
Escarceos dubitativos,
merece la pena perderle horas al sueño,
decidiendo si es factible o no,
tal vez el descabello sea monumental.
¿Realmente la perfección merece la pena..?
Quiero creer que si , aun así, reconozco
tras las costuras del sentimiento
el amacenaje de los posibles desvaríos
y de los sueños olvidados.
Las flores terminan por curvar
sobre si mismas la desidia,
cansadas de alimentar tanta belleza,
hojas secando la voluntad
del perpetuo otoño,
contrarrestando el intenso escalofrío
de negociar el sufrimiento.
Perfecto idiota que necesita
encauzar los dilemas,
construir castillos en positivo,
ilusionar la grandeza,
mirar de reojo al cielo
e intentar pintarlo mas azul.
Pero solo se trata de la propia perfección.
Es otra perspectiva mas
de la propia cordura
que viaja a través de las fronteras
por el devenir de las normas auto impuestas.
Alma invisible que intenta resurgir
entre las cenizas, pero sin sentirse ave,
sino otro mas en el camino,
buscando la perfeccion generalizada.
Disyuntiva paralizada...
¿Merece la pena... o tal vez no?


08 enero 2009

CARICIA DE FAVORES

Busca la noche consuelo
en las profundidades,

busca en las sombras,
formas concisas,
hace
cómplice de sus temores
a las estrellas y
culpable
a la luna de sus desvelos.

Busca la noche entre sus reflejos,
la
ansiedad de no querer el amanecer,
busca
la soledad entre las aceras
y la tormenta
entre los murmullos ahogados.

Busca la noche su aliado mas insomne,
busca
entre sus deseos
todo aquello que provoque,

un abrazo a corazón abierto
y una caricia
de favores a ras de la misma piel.

Busca la noche entre el temor
las
plegarias incansables,
busca absorber aquellos
sueños
vagando entre sus penumbras
y deshilachar
la débil resistencia
de quien se sabe perdedor.

Busca la noche palabras que aplaquen su soledad.


06 enero 2009

COBIJANDO ILUSIONES


De repente sintió la necesidad de poner los pies en el frío suelo de invierno, medio dormido y descalzo, buscaba torpemente las zapatillas. Por un momento pensó que tampoco importaba demasiado, había cosas que le urgían mas, pero sin proponérselo y al levantarse de la cama, tropezó con ellas. Allí estaban, confortables y mullidas como a el le gustaba, esperándole desde la noche anterior. Las calzo y en pijama, con los ojos en su lucha por abrirse a cada paso que daba, se encamino hacia el comedor como si alguien o algo extraño le insistiera en la premura de llegar cuanto antes. Tenia que llegar el primero, cada seis de enero se esforzaba en llegar antes que su hermano, ganarle el primer puesto aun siendo el mas pequeño, le hacia sentir importante. Sus cuerpo pequeño le hacia sentir ligero como una pluma, cómodo a pesar de su altura e ilusionado por lo que esperaba encontrar, todo le parecía distinto, aunque todo lo que le rodeaba resultaba bastante familiar. Pareciera como si aquella vieja maquina de coser a pedales luciera mas brillante que nunca, los viejos muebles, las fotos de los abuelos, de sus padres, imágenes que siempre estarían presentes, de eso estaba seguro, aun con el paso inexorable del tiempo. Todo resultaba especialmente diferente aun estando cada cosa en su sitio y eso era lo que mas le hacia sentir bien. Las luces intermitentes del árbol de Navidad en el comedor destellaron en su mirada, resplandeciendo de felicidad. Sonrió con aquella mirada picara de quien se sabe vencedor, había sido el primero en llegar y ya imaginaba como iba a disfrutar su victoria ante su hermano. Pero ahora era lo menos importante, su atención se centraba en los paquetes que había bajo el árbol pequeñito y enclenque de hojas, el mismo que había engalanado de florituras brillantes, hechas por sus propias manos consiguiendo que fuera el mas bonito de todos cuantos había visto, no en vano, era el suyo. Se apresuro a llegar junto a el, mientras el tintineo de los cristales de la lámpara del comedor a su paso configuraba la melodía perfecta al descubrimiento de los regalos. No atinaba a decidirse por cual abrir, estaba claro que los suyos estaban bajo su zapato, el mismo al que limpio y saco brillo la noche anterior, tenia que causarle buena impresión a los Reyes Magos y a juzgar por los caramelos y regalos, había conseguido el propósito. Respiro aliviado y cuando se decidió por el regalo que quería abrir algo le saco de su intención. Empezó por oír lo que parecía una manada de caballos trotando hacia el comedor, cada vez mas fuerte, mas cercano. Se giro a su alrededor y pudo presenciar que la manada de caballos eran sus hijos, deseosos de abrir sus regalos. La lámpara de cristales desapareció de repente, los viejos muebles, las fotos antiguas, el árbol de Navidad se veía ahora mas grande, mas poblado de hojas y guirnaldas, no era la primavera, seguía siendo artificial, pero no era el mismo que minutos antes presenciaba. En su afán por llegar a los regalos tropezaron con el, enfrentándolo al espejo que presidía el comedor, uno de los regalos de bodas de sus suegros. El reflejo le devolvió a la realidad, ya no era el niño que imaginaba ser minutos antes, el gris empezaba a ganarle terreno a sus sienes y sus ojos ya no lucían tan grandes. Por un momento, pensó en lo feliz que había sido volviendo a ser niño, pero que puñetas...el ruido que hacían sus hijos abriendo los regalos le hizo volver a sonreír, con aquella sonrisa picara de quien se sabe vencedor, había llegado el primero y eso era lo que importaba,volvió a girar a su alrededor, por que algún regalo tendría bajo aquel árbol que sin ser el de su infancia, bien cobijaba ilusiones…


05 enero 2009

DIFICIL DE OLVIDAR

Estrellas empeñadas
en proclamar
la magia
de una noche
distinta a las demás.

Sonrisas enjauladas
en el nerviosismo

por lo que ha de llegar.
Anhelos concentrados

en caminos por recorrer.

Remolino de colores,
poesía sin palabras,

música celestial.
Mirada del alma,
transparente como el agua,
locuaz interpretación
de la vida misma.

En nuestras manos
esta
la posibilidad
de engrandecer la realidad,

sin quebrantar el d
erecho
que tienen a ser felices.

Es su gran noche

y debemos proclamar
a los cuatro vientos

la necesidad

de perpetuar el gran secreto,

de ataviar de esperanzas
el manto efímero de la niñez.
Conservarlo y mimarlo
depende de nosotros,
ahí esta, no lo ves …

es el niño que llevamos dentro
gritando a los sueños
que
hoy es noche de reyes,
ilusiones recíprocas,
por que verlos sonreír...
también es un regalo

difícil de olvidar.

VOLAR

No hay que justificar
una caricia
o una mirada de complicidad,
hay que vivirlas,
sin perder el tiempo
en preguntas contestadas,
volar y no caer.