PARAR UN SEGUNDO

Se gastan las uñas de arañar mis ganas de entender el mundo, aquellas que mantienen las esperanza de aniquilar la indefensión. Sensación de mareo catapultada al sabor de la herrumbre y frustración que empapa nuestros días. Perdidos en el tiempo y encerrados en el espacio. Sin abandonar las comodidades y contemplando como el mundo atenúa su falta de comprensión para aquellas capas despectivamente llamadas inferiores, dentro del escalafón llamado progreso.Parar un segundo y darse cuenta de cuantas banalidades perseguimos al cabo del día, hace que pensar, pero desgraciadamente no nos hace recapacitar. Nos convertimos poco a poco y por obra y arte del consumismo en tierra estéril, fría y tosca a la vez, sin acertar a comprender ese movimiento puramente artificial en el que empezamos a movernos, carente de vida, donde no importa que consumir con tal de hacerlo. Lo importante parece ser recrear nuestro entorno con todo lujo de detalles, lo demás nos puede parecer irrelevante, siempre y cuando claro esta, que no nos afecte. La realidad pasa a nuestro lado cada día y ni siquiera nos damos cuenta que carecemos de la humildad necesaria para compartir, anagrama reciclado, en donde la magnanimidad carece de significado. Vacíos girando a mi alrededor, donde cada vez son mas profundos las desavenencias , sin entender, sin comprender las iyecciones de dinero para mantener una sociedad puramente consumista, mientras las necesidades básicas de un ser humano siguen sin cubrirse a escasos metros de nuestro derroche.