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De hambre todavía mueren demasiados inocentes,
sufriendo la falta de lo mas esencial, que son
desplazados cuan realidad que queremos esconder,
eliminar de nuestras vidas como si no existieran.
Santos inocentes de nuestra era, de nuestro mundo
mas cercano, de nuestra sociedad consumista. No
basta pararse en uno concreto...¿ Cuantos acaban
muriendo al cabo del día...? Escalofríos del alma
tan solo de pensar en cantidades, en simples números.
Mentiras encadenadas a palabras de quienes tratan de
salvar el mundo mientras consumen la vida a base de
armas,de vicios encadenados, mediante la degradación
que sufren los menos favorecidos. Pobreza que avanza
cada día mas, a mas gente, a mas países mientras los
grandes consumen por consumir, gastar por el hecho de
gastar, hablando de sostenimiento mientras siguen
inventando nuevas formas de lograr satisfacción caiga
quien caiga...frente a los que juegan con el estomago
vacio, a morir cada día mas, en condiciones insalubres,
la triste realidad supera demasiadas veces a la mas
resbuscada imaginación. Techo para vivir, no ratoneras
donde esconder los sueños, poder ver el mundo entero y
no la basura concentrada de nada para comer. Darles la
oportunidad de buscarse su libertad, es no perder el
tiempo hacia el desastre mas inminente, una hogaza de
pan, hoy puede ser una solución, mañana todo sera igual,
si no hay semillas...mañana nada podrá florecer, seguirán
siendo santos inocentes de una sociedad que solo piensa
en limpiar lo que se ve, y no esa limpieza profunda que
necesitan los pobres de corazón que no quieren darse
cuenta de lo que gira a nuestro alrededor...
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