Vuelve el amanecer a mí ventana, otra noche que cae sin
poder reaccionar a luces de la realidad mientras se adentra por las rendijas de
mi persiana, diseñando un nuevo día y enlazando filigranas, frágil sensación
mientras la vida cambia, mientras se descubren las deudas contraídas con la
oscuridad en susurros de promesas con la almohada, bordeando la orilla de mi cama, suena el
recuento de sueños no inventariados, la probabilidad de los deseos computados,
mientras te acercas y me das un beso, un beso que nadie podría olvidar, mientras
vuelve el amanecer a mi ventana, un día más, un día menos.
Pd: Un día más, un día menos…