
entre los pliegues de tu cuello,
cabizbajo el despertador
no se atrevió a interrumpir,
ritual matutino, sabor a ti,
rotunda complicidad
aislándonos del mundo.
Por un minuto,
por un segundo,
que no daría yo,
por parar el tiempo,
que no haría yo,
por beber la miel de tus caricias,
redimensionando cada centímetro
de tus escalofríos.
Endulzame el oído
con el vaho de tus deseos,
imprégname la piel
de susurros encendidos
y rememora los viajes de madrugada,
destilando sensaciones,
imaginando rincones jamas dibujados
Sigo adicto a tu sonrisa constante,
a tu mirada envolvente,
a los deseos circunscritos
del verbo de tu carne,a
los paseos adheridos,
al perímetro de tus matices.
Sigo anidando besos
entre los pliegues de tu cuello,
queriendo ser el aire de
mi empeño desbocado
girando a mi alrededor
e ilustrar cada uno
de nuestros sentidos acompasados.

"...Los sonidos de las cortinas
de la risa de la tierra
están sonando
A través de mis oídos
abiertos que incitan
y me invitan
Amor imperecedero
ilimitado que brilla
alrededor de mí..."
de la risa de la tierra
están sonando
A través de mis oídos
abiertos que incitan
y me invitan
Amor imperecedero
ilimitado que brilla
alrededor de mí..."