
de fabricar segundos si la tuviera,
pero como no es así,
trataré de aprender que mis segundos
no sigan malgastandose
al mismo compás de mi respiración.
Por mucho empeño en retenerlos
no consigo activar la reacción,
no hacen los segundos
sino burlar a mi destino
entre vaivenes del sonido
de un incansable tic tac en mi cabeza.
Mantener el tipo ante esta situación
es armarse de paciencia,
solo así seré capaz de llegar
donde no se llega con la ansiedad
pegada a los huesos.
Sin duda es el constante ajetreo
en el que vivo normalmente,
el que me arrastra sin medida,
obligandome a dejarme llevar
por las prisas, sin pararme a pensar,
mientras girando a mi alrededor,
las ganas se diluyen en disfrutar
de lo que realmente importa.
No quiero dejar de escuchar
todos esos susurros
que a contrapelo me invita
a vivir plenamente,
ese canto mañanero
del pájaro en la ventana,
mientras sus aleteos desperezadores
se convierte en premoción
del deseo de recorrer el enjambre
de colores que dibuja el amanecer
frente al balcón de mi mirada.

"...Mejor lento que parado, desabrocha el corazón
No permitas que te anuden la imaginación
No te quedes aguardando a que pinte la ocasión
Que la vida son dos trazos y un borrón..."