Por muchos lugares que visité, por mucho que te busqué, nunca te pude encontrar.
Tu imagen se refleja en cada rincón, en cada escaparate, en cada ventana de una calle que no es la mía. Creo reconocerte en cada desconocida que pasa a mi lado, y miro sus rostros buscando ese destello que perdí, esa luz que se esconde detrás de tus ojos. Pero solo encuentro caras ajenas, espejos rotos que me devuelven a una realidad que no quiero aceptar.
Me pregunto si eres real, si el recuerdo que tengo de ti es algo más que el producto de mi propia imaginación. Quizás solo fuiste parte de un espejismo en la niebla que se forma en mi mente desde el día en que te vi. Un sueño tan vívido que he confundido con la verdad.
Caminé por la acera que tantas veces creí que me cruzaría contigo, me detuve en cada esquina donde pensé que te volvería a ver, en cada ascensor donde creí que coincidiríamos.
Mi corazón se acelera con cada sombra que se parece a la tuya, con cada silueta que parece la tuya. Pero, a cada paso, te desvaneces, como si el viento se llevara tu rastro.
Y es entonces cuando la pregunta duele más que tu ausencia: ¿te busco porque quiero encontrarte o porque ya no sé cómo dejar de hacerlo?
Pd:
Y si me quedo a solas con mis pasos,
esperando que la noche me devuelva
lo que el día no pudo darme...
échale un vistazo a ests otra.