No sé si podrías verme aunque estuviera frente a ti, ni si tus ojos querrían detenerse en los míos, si tu mirada sabría cómo nombrarme, y tampoco sé si tendría el valor de sostener la tuya, de encontrarme en tu reflejo.
No sé si podría pedirte que me buscaras, entre otras cosas ignoro si querrías buscarme, sí tengo derecho a pedírtelo y tampoco sabría si aceptarías el tiempo que necesitarías para encontrarme.
No sé si al final de todo querrías quedarte, si podrías encontrar en mí lo que busco en ti, ni si este laberinto de dudas merece una salida, pero estoy aquí, preguntándome, si hay o no respuestas a lo que nunca te dije.
Tal vez no se trate de respuestas, sino de aquello que queda en el aire, suspendido entre el deseo y el silencio, tal vez, al final, sea en las dudas donde realmente nos encontramos, aunque nunca apostemos por ello.
Porque a veces las palabras que no se dicen pesan más en el alma, que aquellas que se dicen por decir, y tal vez, en este torbellino de idas y venidas, ya exista todo lo que necesitamos para existir...
P.D.:
Si alguna vez
decides buscarme,
prometo no
esconderme...
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