Cuando los deseos cristalinos resbalan por el contorno enmudecido de las palabras ajadas que ensombrecen mi destino, me atrevo a cabalgar junto al precipicio y permitir dilucidar cuanta ternura, cuanto amor se desvanece por el ancho y largo del camino.
Existen los gestos encapsulados capaces de aminorar el ritmo del tiempo, tratando de marchitar el interés de la brisa por acariciar los sentidos, mientras mis pies intentan generar el movimiento, sin percatarse, sin entender que tras las oscuras noches, sucederán días gloriosos de versos y besos.
Al confluir los deseos, se envalentonan las circunstancias tratando de atestiguar las continuas disputas con la sombra proyectada en el asfalto a ras del mismo suelo, mientras se enarbolan los sueños que buscan girando a mi alrededor un susurro, un consuelo, un momento para ser eternos...
Pd:
Cuando los deseos
estimulan la necesidad
de ser entendidos...
Mucho tiempo sin visitarte, me alegra encontrarme blogs como el tuyo en activo.
ResponderEliminarDe los deseos, y los deseos que no pasan desapercibos.
Salud.
Es cierto, mucho tiempo, pero saber que seguimos adelante compartiendo palabras y que muchos de aquellos con los que compartismos siguen estando te proporciona una buena inyección de alegría...Abrazzzusss y gracias por la visita
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