
Una vela mas que poner en la tarta de la vida, un paso mas hacia adelante, otros muchos quedaron atrás y posiblemente sea eso lo que menos me gusta de cumplir años.
Prefiero envejecer con las vestiduras del alma que ser eternamente joven y andar desnudo de vivencias, no me apetece volver a empezar a coleccionar todas y cada una de las experiencias que me hacen ser lo que soy hoy, quizás demasiado cansado para retomar el principio de muchas cosas.
La andadura es igual para todos, siempre en busca de todo aquello que ignoramos, la búsqueda constante del saber, del pensar, del razonar, de amar o de ser amado, siempre buscando respuestas a tantos interrogantes que van forjando nuestra latitudes.
La necesidad de comprender para que venimos a este mundo se acrecienta con el tiempo, la voluptuosidad de nuestros deseos se desinflan según se van quedando por el camino las oportunidades, las que no quisimos o no pudimos aprovechar.
No quiero tener nunca la sensación de no haber arañado la vida lo suficiente, de no constatar a que saben los besos, los escalofríos que siento con un abrazo, con una caricia, con la complicidad incondicional de quienes a mi lado dibujan el cariño.
Lo interesante de todo esto es poder contarlo, en demasiadas ocasiones no resulta fácil ni placentero el gastar la suelas del tiempo, pero si vivir al máximo esos otros momentos que envalentonan nuestros sentidos, saborear cada circunstancia, por que en definitiva no solo importa llegar al conocimiento total o al final de una meta, también es necesario disfrutar y vivir intensamente lo que encontramos en el camino a ella.
Para todo hay siempre un momento, un espacio, un lugar, esa otra forma de vivir la vida, degustando los sabores de la misma, la chispa será la vida misma, la sonrisa que recicle los malos momentos, reinventandonos para seguir agregando velas a nuestro destino.
No me asusta seguir sumando velas, lo que me asusta es no vivir esas velas con la intensidad o con el calor y el color que alborota los latidos de mi corazón, por siempre y para siempre en busca de la felicidad, sin dejar de vivirla, como cuando era un niño.