Sueñan los gritos con impregnar de verdad su realidad,
perdidos por las esquinas, sin reconocer que se convertirán en olvidos, sueñan
los gritos con decir tanto como un simple susurro, al oído del alma, donde se
vuelca la espontaneidad y la fragilidad se hace fuerte, girando a mi alrededor
sueñan los gritos con arrancarle algo tan sumamente especial, como aquello que
se comparte con una simple mirada en mitad del silencio, tambores de guerra
resuenan en mis oídos sin percatarse que el fracaso lo tienen más que
asumido...
PD:
El miedo no puede
secuestrar nuestras ilusiones...
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