Me desperté soñando, un sueño interrumpido por la monotonía
del despertador, que aún no sonando, sigue marcando mis días como si no
quisiera darse cuenta que el mundo se paró,
me giré y ahí estabas tú, mientras dormías, sonreía recordando mi sueño,
soñaba con abrazos, con besos, con aquellos a los que quiero, un sueño deseado
ante tantos días de inanición, no había rastro de llantos o desesperación, todo
eran risas, pareciera primavera sin ser
una cuestión de estación y aún llegando por éstos lares a nuestro balcón,
tampoco se trataba de un lugar concreto, ni siquiera se vislumbraba el suelo, techo, luna o sol y si mucha luz,
era tan solo un lugar, un espacio, un rincón, pero me sentía feliz pensando en
cómo ambicionamos la felicidad, queremos ser felices o al menos es la
intención, sin pensar que un abrir y cerrar de ojos la podemos perder, abocados
a un mundo de prisas, hemos ido olvidando con el tiempo los pequeños detalles
del tú a tú y ahora que nos quitan aquello a lo que estamos acostumbrados a tener,
y que por comodidad, tal vez, o por creer que no llegaría nunca, también, no le
hemos prestado su debida atención, pensando que por tener no hay que alimentar
esas pequeñas cosas como un beso o un
abrazo, es entonces cuando se
hace fuerte la inquietud y la incertidumbre
coronando nuestra razón, empieza por flaquear la ilusión, a sucumbir
ante el temor de no tener paraguas para la ocasión, pero no hay que dejarse
llevar, el cielo gris se puede pintar de cualquier color, la lluvia sigue
cayendo sobre nuestras cabezas, empapando nuestra esperanza, pero lo bueno que
habita en nosotros hace que la solidaridad se alborote en cualquier lugar,
empezando a darnos cuenta que pasará algún tiempo antes de podernos abrazar, de podernos besar, como
antes, no será igual, todo cambiará, aprendemos a marchas forzadas, de nuestros
errores, de nuestras prisas y en cuánto podamos, seguro que no dejaremos pasar un abrazo o un
beso así como así, cuando llegue el momento, será especial, muy especial,
porque llegaremos, no hay dudas, tampoco excusas, porque la soledad dejará de
existir, está empezando a desaparecer, no estamos solos, no estás solo, un
abrazo, un beso, desde aquí, desde allí, con fuerza, sin desfallecer, entre
todos podemos colorear de nuevo el cielo gris...
Pd:
Te acabas de despertar
y un beso me acabas de dar,
gracias por estar,
venga... un abrazo...
de esos abrazos
que no saben
del
tiempo...
Aunque tarde, te dejo un abrazo y un beso, sé que fue tu cumpleaños y no pude estar a tiempo. Que sigas gozándolo Josh.
ResponderEliminarMuchas gracias, lo importante son los actos, agradecido, un abrazote enorme en la distancia, cuidate...
EliminarVolveremos a pintarlo todo de nuevo, tendremos que redecorarnos por dentro y por fuera, nuestra antigua rutina murió nuestro primer día en esta diferente y angosta realidad.
ResponderEliminarY me añado a las felicitaciones de Ceciely, un abrazo.
Gracias, si de reinventar se trata, siempre hay un motivo para comenzar de nuevo...abrazote
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