Sigo mostrando el baúl de mis recuerdos al mundo, como cada trece de Octubre, compartiendo los sentimientos por tu ausencia, abriendo de par en par, las ventanas que me acercan al filo de tu memoria, al calor de tu regazo cuando contábamos estrellas, bajo el auspicio de la luna, que por suerte, seguimos disfrutando en el universo emocionado de nuestro cariño, el sueño en ti, se hizo eterno, en mi, en desencuentro, de momentos vividos a tu lado, donde no importaba el tiempo, ni siquiera el desconcierto, los destellos se acumulan en mi cabeza, en días como estos, donde la vida deja de tener el sentido que tu me inculcaste, donde las preguntas siguen sin tener respuestas que acomoden el desespero, que apacigüen el balcón del lagrimal o el acelero del corazón prisionero, malherido y descolorido, maltrecho por el tiempo transcurrido, pero no es cuestión de entristecer el brillo de tu mirada, ni el azul del cielo que te mima, porque no habrá noches sin estrellas, ni días sin tu compañía, solo una ausencia con la que trato de convivir día a día...
pd:
Cada día tiene un poquito
de trece de Octubre,
donde afianzo los recuerdos de mi madre,
de su memoria en mi memoria,
para sentirla cerca, para tenerla cerca...
No sé si algún día me atreveré a escribir algo sobre mi padre...
ResponderEliminarEl lazo magnético que une a la madre a través de una cinta plateada, transparente pero muy sólida… es una atadura indisoluble. La memoria tiene para recordarla toda una vida.
ResponderEliminarTus sentimientos se expresan bellamente con un tono de melancolía. Piénsala en azul, amigo Josh…y las estrellas te la devolverán cada noche en su alegre titilar.
Abrazos y feliz semana.