Activando el estado catatónico, resurgiendo de las
profundidades y envalentonando decisiones para poder tomarlas, no hay peor mal
que dejarse arrastrar por la corriente cuando existe la posibilidad de
agarrarse a la esperanza.
En un segundo la vida puede dar un giro de ciento ochenta grados,
dejarte sin aquello por lo que has luchado, por lo que has soñado, dejarse
abandonar no es la mejor opción, también es fácil decirlo, mas que hacerlo,
pero hay que intentarlo.
Sobran los secretos almacenados, la retina cansada y la
memoria desordenada, sortilegios impotentes que no acabaran con la promesa de
aguantar el chaparrón, eterna dislexia entre lo que se ambiciona y lo que se
puede llegar a conseguir.
Perplejidad encadenada a la razón, a la supuesta inmunidad
al dolor, demasiada vulnerabilidad al ser blanco fácil de aquellos ataques, que
por inesperados desarman el estatus de los oasis imaginados, de las
incongruencias jamás visitadas.
La inquietud empieza a resbalar, las baterías a cargar, la
incipiente necesidad de continuar recuperan la línea a seguir, las reglas
prescritas se romperán, la complejidad se apacigua, aun quedan heridas que
sanar, pero hay que continuar.
Te leó y sigo girando a tu alrededor mi querido josh. Así no siempre disponga de tiempo para comentarte en todas tus publicaciones.
ResponderEliminarMe encanto hoy, navegar entre tus letras y pensamientos!!
Besos
"...pero hay que continuar". Exacto, querido amigo, debes continuar, saldrás adelante, arrópate con nuestros abrazos, consuélate con nuestra AMISTAD, y vuelve a creer en tí, vales mucho más que cien mil heridas que te puedan inferir. Aquí nos tienes, a l@s amig@s, que velan por tí.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
...cuando te he leído no lo podía creer, porque me siento tan identificada que cada palabra por ti escrita tiene todo el significado en este mismo momento para mi, pues he sido el blanco fácil de alguien a quien desde pequeña he querido como a una hermana y la herida sangra, mientras yo me agarro a la esperanza... Abrazuuusss
ResponderEliminarInevitablemente la vida suele sorprendernos con golpes inesperados. Nos ataca a tracición y nos deja sumidos en una especie de anonadamiento hasta que somos capaces de reaccionar.
ResponderEliminarComo bien dices, poco a poco la reacción se va produciendo e incluso aceotamos nuestro nuevo estado, para al final terminando con esperanzas de un nuevo cambio.
Un abrazo
Me alegra leer que vas recobrando la calma, que retomas el camino, sigue, sigue...sí!, 'hay que continuar', somos en el camino...
ResponderEliminarAbraçada!