La expresión se diluye, se tensa, la sinfonía puede con el autor, ser imaginativo tiene sus inconvenientes, ser demasiado visceral comprime la mandíbula y enajena el alma.
Ya no puede mas el corazón que a rastras lleva el dolor, posiblemente los problemas cuando nos dan de lleno solemos engrandecerlos sin ser mas dolor que el de los demás.
La impotencia viste de luces, consumiendo el espíritu en horizontal, respirando solo como mera formalidad, sumergiendo los sentidos en el adobo del no saber que hacer.
Recorro sin permiso la estela de la mente en blanco, anulo el cordón umbilical que me ata a la esperanza, contrariado el estupor que me sorprende sin saber como reaccionar.
La tensión resquebraja el suelo que piso, la locura hace acto de presencia y necesito fortalecer el encuadre que esta girando a mi alrededor, mientras intento encender la luz.
Tengo el mar revuelto y el cielo escondido, se olvido de salir a saludar...
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