Respiro el silencio como si me fuera la vida en ello, encauzo la extraña necesidad del movimiento a través de las conclusiones del sentirse fuera de lugar, mientras me exijo no transformar mi alrededor en estúpidos sonidos apabullando el apacible estar sin estar dentro del trocito de universo que me toco interpretar, castillos desmoronandose en sueños prestados, mosaico esperanzador convirtiendo el azul del cielo en extravagante e incorruptible mueca hacia los deseos que no son olvidados sino macerados en los sentidos que no lo tienen y no dejo de observar, no dejo de intentar mirar mas allá, sentado en una caja de relojes vencidos con la paciencia de construir en cada nuevo despuntar del día, una nueva posibilidad...
PD:
Siempre existe una posibilidad
para cambiar el día a día,
para enumerar todo aquello
que nos puede seguir convenciendonos
de la necesidad de confiar en los sueños,
aunque sean prestados...