Deje de ser palabra para convertirme en un instante en susurro, en el momento en que tu pasión se desmorono, convirtiéndome en ceniza, en distancia, en olvido, cuando mirar atrás, me convierte en estatua de sal, instaurada la vergüenza, llegada la tormenta y con el alma quebrantada, necedad que alberga la luz de mis esperanzas, diminuta y ensombrecida por no tenerte a mi lado, quiero volver a inyectar tus sentidos en mis venas, tu respiración en mis adentros, ahí donde los rayos de sol atizan sin mesura, en el calor del alma, miento cuando digo que te olvido en cada momento, negarte es negarme a mi mismo, mentiroso, si, por no volverme viento, por no calcular el movimiento, aferrándome a mentiras hilvanadas por el auspicio de la desesperación, sastre de nada soy, con pespuntes rotos de agujas despuntadas, que fui... que soy...tan solo un remiendo en tu vestido viejo...deje de ser palabra y en silencio me convertí, tal vez por miedo, tal vez por olvido o tal vez, no te lo voy a negar, por el tormento de perder el contorno de tus besos...
Pd:
A veces nos dejamos llevar
y no siempre los demás,
poseen las llaves de la verdad…
Con nostros mismos
ResponderEliminarmas difícil es
el reencuentro.
Un beso
Si que es una verdad irrefutable…"miento cuando digo que te olvido en cada momento, negarte es negarme a mi mismo". Sentimiento que brota sin premeditación…bello y triste….ayyyy (suspiro)
ResponderEliminarUn abrazo y buen domingo Josh.