Arrastrando la tierra bajo mis pies,
ningún sueño podrá confiar en mí,
puertas que se abren y se cierran,
ilusiones que vienen y van
con algo que decir,
no basta con el pensamiento,
ni con los sueños que represento
para que todo parezca funcionar,
con estrategias desaliñadas,
vagos están mis sueños,
descansando bajo el sol,
de placer o tal vez de dolor,
triste mi mano al escribir,
quizás porque sigo siendo un soñador
que solo quiere seguir adelante
girando a mí alrededor,
quizás tenga mala suerte
y no me encuentre en el interior
de las historias que un día conté,
porque a veces cuesta sonreír,
porque a veces cuesta seguir,
mejor no alimentar el lagrimal
y acariciar la capacidad de continuar,
prefiero seguir siendo un idiota,
prefiero seguir buscando la verdad
que malinterpretar la derrota.
PD: Atado de pies y manos
el tiempo se nota,
pero los sueños
no se tienen porque agotar...
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