
Mirando al suelo veo mis pies descalzos,
posiblemente para estar literalmente
con ellos sobre la tierra mientras
escribo. En realidad no me gustan mucho
esos experimentos poéticos demasiados
fáciles y siempre me da por
reflexionar contundentemente, pero hoy
no puedo pensar en demasía, igual por
eso me entretengo refrescandome los pies
sobre el suelo mientras acude en mi ayuda
esa imaginación dormida. Intento mientras tanto
averiguar como se puede ser humanamente
impermeable, como aquí de pie en no se
donde, con la tranquilidad de quien quiere
pasar del estrees habitual del día a día,
reflejandome como cada día en esa monotonía
angustiosa que es mi propio yo, y ante todo lo
que habitualmente gira a mi alrededor...
Que paranoico globo de papel que intenta volar
sin tener en cuenta que nunca podrá volar mas
allá de sus propios sueños...
Se puede volar siempre que lleves un buen paracaidas. Y seguro que tu eres capaz de buscarte uno bueno y con garantía.
ResponderEliminar