Resbalo por recuerdos sin olvidos, dejándome
llevar por esta ultima sonrisa al terminar el día, cuando a solas se diluye la
compañía, convirtiéndose en la unión de
dos almas que aguardan durante todo el día, todo ese tiempo sobredimensionado
en espacios infinitos, sobreimpresionado en segundos interminables, en todo ese tiempo que dura la separación orquestada
a nuestro alrededor, para fundirse al
fin, en la calma que regenera nuestra oda nocturna…
PD: nada como llegar a casa…
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