Nada como disfrutar del viento desentumeciendo
mi rostro, cuando me despeja la frente e
ilumina mi cara, brisa fresca envalentonando y aclarando los sentidos, disfrutando
en su contra como queriendo retar el torbellino de su razón y a su favor, dejándome
llevar por el balanceo del corazón, no me importaría ser viento para volar sin
alas hacia el horizonte más lejanos,
donde el destello de la mirada pareciera no tener fin, no me importaría
quedarme a vivir entre sus vaivenes para recorrer mi destino, nada mejor que sentirse pájaro sin
alas, torbellino sin remolinos o generando el movimiento, porque el tiempo como
el viento no pasa desapercibido…
Pd:
todo llega
si así lo pretendemos…
Un torbellino de sensaciones.
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