Nunca fueron de mi debilidad los lunes,
nunca les encontré la razón concreta
para su existencia, siempre me limite
a dar por sentado que debian existir.
Pero solo es, cuando empiezas por
hacerte mayor, que comprendes la
verdadera dimensión, de por que
ahora te gustan menos que antes,
de por que irremediablemente después
de un domingo de relax aparece a
bocajarro el tan temido lunes,
despertándote de tus sueños
domingueros...devolviéndote a la
extraña realidad de cada día, en
donde los problemas crecen por
doquier, donde las aceras se convierten
en testigos silenciosos de lo que
queda por llegar cuando empiezas la semana.
Un ir y venir con el único consuelo de
llegar al final de la semana y volver
a reencontrarse con el descanso, pero...
siempre, al final, se vuelve a repetir la
misma historia, la vuelta a empezar...
Cuando la ciudad parece que se estaba desperezando, que solo habria el colorido de la brisa, que el asfalto aun dormiria, sali muy de mañana. La ciudad radiaba vida, estaba encendida, tenia colores, vibraba entre las huellas de todos. Y pense en los que como tu, se atreven a pisar las calles recien levantadas. Expectantes ante el devenir y ligeros porque el ritmo no debe parar. Pense en ti, como un faro que guia a esas horas cuando una ciudad rechina y me dije, que bonito seria verlo entre el asfalto. Y siendo lunes.
ResponderEliminarNICOLAI