Recurrió a su corazón, al coraje para enfrentarse al devenir de los días, al circulo polar de su razón, guardando la dicha contenida en los bolsillos del olvido, descuartizando la impotencia e infiriendo conjuros mil para cambiar su suerte, la volatilidad de su cordura dependía de los delicados hilos que aun sostiene la frágil cercanía del aliento de su boca y mientras cruzaba la realidad impertinente por su lado cada día, se desordenaban su idas y venidas por el presagio involuntario de perderla poco a poco en el orden de su vida, frente al reflejo en el espejo, se desdibujaba la armonía, cojeando lleva el alma, rota la algarabía, porque si su pecado fue amarla, no mereció el castigo de su perdida...
La mirada perdida y la garganta cansada, lamentándose de no poder tragar la soledad que deparó su despertar, un buen día, sin darse cuenta, pero sufriendo la nada bajo la piel, se reencontró con sus sueños adormecidos, susurrando promesas de papel, desplegando el tiempo a intervalos despreocupados, en el corazón la miel y en el alma, el tropel acelerado macerando la hiel, la mirada perdida, indiscreta la almohada que a sabiendas de la oscuridad, no deja de reflejar la necesidad de poder contar su verdad. Pd : Bueno y malo se fusionan al despertar...
A los cuadros que nos acostumbramos en el interior, a veces hay que rediseñarlos.
ResponderEliminarBuenas imágenes en tus letras
saludos J
Te tengo que dar las gracias porque siempre que me paso por aquí se reavivan mis ganas de volver a escribir
ResponderEliminarPrecioso texto…sale desde el fondo de tu alma y se presenta desnudo para decir el dolor que causa la separación. A veces nos prendemos de un filamento del recuerdo para traspasar el momento…
ResponderEliminarEl dolor arroja bellas palabras como las tuyas.
Un gusto leerte.
Ya vendrá mejores días…
Saludos cordiales.