Le buscaba entre la huellas que marcan su corazón, donde la paciencia aguarda el momento del reencuentro, donde los escalofríos recorren con antojo la espina dorsal de su alma enamorada, indocumentada la ambigüedad, incongruente la espera y desamparada la costumbre, cuando solo intenta buscar el camino que le devuelva la vida ambicionada, entre sollozos por la ausencia y la ilícita apatía de la distancia, se desorientan sus esbozos, se quebrantan sus versos y se difuminan las caricias recibidas, pero no deja de anhelar los susurros al oído de cuantas olas le traerán su nombre, de cuantas sonrisas se reflejaran en el cielo de sus pensamientos y de cuantos sueños construirá a su lado, prometiéndose no distraer sus sueños con el dolor que inventa el tiempo, ni pretender aminorar la esperanza hacia sus besos, porque no deja de reinventar a duras penas el contorno de la curvatura del deseo por estar a su lado, ni perder la valentía de enfrentarse día a día al vértigo de su partida...
La mirada perdida y la garganta cansada, lamentándose de no poder tragar la soledad que deparó su despertar, un buen día, sin darse cuenta, pero sufriendo la nada bajo la piel, se reencontró con sus sueños adormecidos, susurrando promesas de papel, desplegando el tiempo a intervalos despreocupados, en el corazón la miel y en el alma, el tropel acelerado macerando la hiel, la mirada perdida, indiscreta la almohada que a sabiendas de la oscuridad, no deja de reflejar la necesidad de poder contar su verdad. Pd : Bueno y malo se fusionan al despertar...
Qué intensidad...
ResponderEliminarEsa fotografía junto con tus palabras me ha hecho rememorar un instante de una película: Mi vida sin mi. Me has hecho nuevamente mi corazoncito llevándome hacía esa instántanea.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
A veces uno busca y busca y al encontrar no hay regreso, pero no necesariamente es nostálgico ese hecho, es parte de vivir, a veces justo y no.
ResponderEliminarhasta luego
definitivamente es lo mas sublime que he leído y encontrado el día de hoy. Las partidas siempre duelen, el miedo a la soledad es siempre una constante. Un abrazo.
ResponderEliminarGran blog! sigue asi amigo ;)
ResponderEliminarsaludos!