Y no dejaba de pensar quien daría el primer paso, quien de los dos se dejaría llevar por los suburbios del corazón, dejando atrás la razonable celeridad del equivoco, para conformar la parte contraria, para inaugurar un nuevo instante donde recrear las emociones, donde sucumbir a los escalofríos que se sienten cuando se esta enamorado, cuando el dos se convierte en uno, pero de pronto, las cuentas no salen, el primer paso a veces es tan difícil de dar como cien mil volteretas en el trampolín antes de la toma de contacto con el agua, ese primer paso tenia que darlo, sin pensarlo y el resto del cuerpo, acompañarlo...
pd:
demasiadas veces nos cuesta dar el primer paso...
Se acortan las distancias si se reparte el trayecto.
ResponderEliminarUn beso
ResponderEliminarIMPROVISAR